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Cada vez hay una mayor implicación en la toma de decisiones cuando nos inclinamos por un producto o por otro, o cuando decidimos contratar un servicio a través de una empresa y no de otra. Y ¿cuál es el motivo? No es otro que el hecho de que el consumidor ya no solo busca la información relevante que le ayude a tomar a la decisión, sino que busca conectar con las marcas a través de las emociones, de las percepciones, de la identificación con sus valores y creencias. Es por ello por lo que el lenguaje de las marcas para conectar con sus consumidores está cambiando.

Si una marca te transmite una actitud positiva, ese buen rollo que se respira al entrar a un local, sea un restaurante o una tienda de ropa, el olor, la música, la decoración… a través de cada uno de estos detalles la marca se está comunicando con su público objetivo, con aquel que ha decidido convencer en sus objetivos estratégicos, aquel que ha decidido seducir para que compre algo mas, para que en definitiva obtenga una experiencia que le despierte una emoción, que le genere una conexión con lo que ofrecemos. Todos estos elementos son, nada mas y nada menos, que el branding, la imagen que proyectamos, todo aquello que las personas dicen o piensan cuando no se está presente.

¿Y puede una PYME lograrlo? ¡Por supuesto que si!

Probablemente tiene una mayor capacidad de dotar de personalidad a su propuesta, de generar un discurso realista y sin florituras, de buscar un tono y un lenguaje más cercano y familiar con sus posibles clientes. El tamaño se convierte en una gran ventaja, pues la conexión es mucho mas directa y es mucho mas fácil ofrecer ese “algo más” del que hablamos.

Para construir esta identidad de marca, este branding que queremos proyectar para conectar, nos vamos ha centrar en 7 elementos clave:

  1. Público objetivo: conócelo y analízalo en profundidad. Mejor aún si haces un ejercicio de segmentación para encontrar nichos de mercado. Mejor calidad que cantidad.
  2. Personalidad de marca: otorga una personalidad a tu marca con unas bases consistentes. Conviértelas en tus directrices y síguelas siempre.
  3. Imagen de marca: refuérzala creando una cultura en la que cada acción la represente e integre la estrategia de empresa.
  4. Simplicidad: menos, es más.
  5. Diseño de marca y cuidado de la imagen: cada detalle es importante, no descuides ninguno. Cada elemento que utilices, una tipografía, un color y trazo, te está definiendo.
  6. Visibilidad: hazte ver se original y creativo a la hora de elegir el como y el cuando. Y no solo estoy hablando de internet, estoy hablando de la presencia de la marca en las distancias cortas que es cuando realmente conectas con tu público. ¿Que quiero decir con esto? Que la presencia “on y off line” siempre han de ir de la mano.
  7. Sociabilidad: entra en el mundo de las redes sociales, aunque te de vértigo. Eso si, con una estrategia, con un plan y unos objetivos muy claros. No vale estar por estar.

¿Queréis un ejemplo claro y concreto de una PYME?

Os presento el caso de Mr. Wonderful: la historia de 2 diseñadores gráficos que se independizaron para empezar juntos la aventura de crear un negocio para vivir de el y además divertirse, así que formaron un estudio no-aburrido. Y toda su comunicación, diseño, tono, colores giran en torno a esta definición, a está personalidad y te adentran en un mundo maravilloso, en el mundo del buen rollo. Tiene amantes y detractores (como todos) pero está claro que han hecho las cosas bien, pues han crecido y evolucionado de forma consistente y además han inspirado a otros como El Tarro de Ideas o Mr. Wonderfuck (que nace para neutralizar el “buen rollismo” del original, aunque no está muy claro si hay un negocio o solo es un grupo de Facebook).

Para conocer más sobre Mr. Wonderful: ·